JuanMatachin

viernes, octubre 24, 2008

Carta del naufrago absoluto al puerto perdido

Habré de decirle que mi piel le extraña,
con descomunal parsimonia,
con entretenido letargo;
con prohibición de no sentir esa su arena en mi rostro.

Porque mis ojos sueñan su brillo,
y se ensanchan las pupilas en el viaje,
en los lustros que transcurren por unas pestañas
incadas en párpados apagados.

Y ahora, que vacío en el tiempo
las palabras que tal vez no verás
espero de tu abrazo, puerto perdido
para cuando salga yo de este naufragio absoluto.

Se le quiere y se le añora,
se le espera y se le busca,
se le lleva en el pecho,
se le lleva en el pecho.

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