Despedida

Quisiera volver a escribir,

escribir para ti y para tus pecas;

para que se sienten juntos en el malecón a hilar papel

a tirarle a las gaviotas los trozos de servilletas

en los que llevabas envueltos los dedos de un poeta cobrizo

de sienes amarillentas como los amaneceres

y de una sonrisa pálida como la muerte.

Y quisiera que mis gotas de poesía te tocaran muy adentro,

allá donde los dioses escondieron tu conciencia,

tras tu maravillosa sonrisa; perlada, aterciopelada.

Quisiera golpearte los labios, sacudir tus neuronas,

como un pase de polvo astral, como en salsa, en merengue;

entre los dias que vienen y van.

Quisiera que estuvieras acá, solo unas horas más

para verte renacer, para verte revivir hombre de lata.

Quisiera que me tuvieras allá y que los tiempos se hubieran 

entremezclado, vacío de lides,

es de esperar al tiempo que llegue otra persona como tú.

Buen viento, buena mar, buenos amantes, buenos dias;

son los deseos que empaco en tu maleta,

para que recuerdes que alguna vez viste mi rostro,

y estos ojos que aún te miran con un brillo caramelo,

buen viento, buena mar, buenos amantes, buenos dias.