JuanMatachin

martes, enero 05, 2010

Si la propiedad me es permitida

Su imagen que parece humo se aparece en el espejo cuando miro a través de mis ojos, su perfume intoxica mi sangre y la hace latir como una jauría ardiente en cacería, y esos canes me miran con firmeza. Es suya esta nostalgia, este pensamiento que empezó a apoderarse de los espacios de tiempo que ya no son libres; son suyos estos olores, estos movimientos cadentes, esta pesadumbrés del vacío. Y usted se pasea con un silencio sepulcral, cuando desde la distancia aparece como un fantasma para leer mis líneas desprevenidas sin decir un solo suspiro, un saludo distante, un beso volado. Y me muestra las fotos, en las que no me encuentro, de los espacios eternos que viven más allá de donde mi mundo llega.....yo sigo esperando. Son suyas este montón de palabras que se agolpan en un abrazo mudo que me revienta las venas porque el aire que empuño entre mis brazos no se le parece, son suyas las veinte mil líneas que no he escrito y que se asoman en un rictus o en una sonrisa plena. Y estas ganas, este deseo febril que me sobrecoge cuando la luz llena las habitaciones con vorágines violentas que destrozan la piel al contacto o cuando el aire helado se pasea por las fosas ensangrentando el camino hacia unos pulmones cada vez más apagados; ese nunca antes visto, ese nunca antes percibido. Y yo espero, el momento justo cuando me brinde su mano, cuando me invite a besarle, a sujetarle las costillas, a verle sonreír.

Suyo, si es que la propiedad me es permitida.

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