JuanMatachin

domingo, octubre 26, 2008

Reflexiones dolorosas escuchando los aviones

Te llevo tejido entre las venas
como tu olor atractivo, sexy
y entre mis dedos y mis dientes,
en mis poros y en mi ceño.

Y escucho "los aviones", esos que llevan libertad
y que me tienen alejado de ese silencio sepulcral
de esa crueldad que no se inmuta
de esa soledad que me transmite.

Es tarde ya, y los dias que debo revolver son tantos,
son tan pocos, son tan raros.
Te llevo tejido entre las venas,
y confundo tu imagen con mi sueño.

Y se que nuestro tiempo ya pasó,
que se estranguló la idea de unir las pestañas
pero es tan tarde, tan agriamente tarde
que me iré por el aire y tu te quedarás con tu olor.

viernes, octubre 24, 2008

Carta del naufrago absoluto al puerto perdido

Habré de decirle que mi piel le extraña,
con descomunal parsimonia,
con entretenido letargo;
con prohibición de no sentir esa su arena en mi rostro.

Porque mis ojos sueñan su brillo,
y se ensanchan las pupilas en el viaje,
en los lustros que transcurren por unas pestañas
incadas en párpados apagados.

Y ahora, que vacío en el tiempo
las palabras que tal vez no verás
espero de tu abrazo, puerto perdido
para cuando salga yo de este naufragio absoluto.

Se le quiere y se le añora,
se le espera y se le busca,
se le lleva en el pecho,
se le lleva en el pecho.

miércoles, octubre 22, 2008

Caja de bombones

Suspira, susurra viento de oriente a mi oído;
cuéntame, dime la verdad sobre la vida;
miénteme, dime que mis ojos verán la gloria,
bésame, hasta el fondo, hasta adentro, hasta la garganta.

Ábreme como una caja de bombones de otras tierras,
senderos suburbanos que contienen los pesares,
los lujos; lugares, sectas de mil nomos
flores topacio colgadas de un árbol de mandarinas.

Y así, devela los secretos que se esconden entre versos,
entre composiciones dormidas,
entre vías, entre vidas; entre las frases corrosivas,
entre los sueños prohibidos.

Es la vida que se va como una cinta atada
a una aguja gigante que teje rencores por cada rincón
que sale de viaje hacia el sol de Pompeya
que surca el mar de la buena aventura.

Entre esos versos inconclusos
de conexión ecléctica, de sangre mundana y real,
de impresiones solitarias sobre la fuente de la vida;
ay incoherencias que tanto dicen!.

Ábreme, como a una granada,
come de mí y de mis heridas, de mi amor infinito;
come de mi insulsa piedad, de mi frenesí, de mi rencor;
ábreme por completo como una caja de bombones de otras tierras.